Trastornos del Equilibrio

 

“Todo el mundo ha tenido un vértigo alguna vez en su vida, pero eso no quiere decir que todo el mundo haya tenido lo que usted tiene.”

 

¿QUÉ ES EL VÉRTIGO?

 

El vértigo no es una enfermedad en sí mismo, sino un síntoma (como la tos o el dolor) que puede deberse a un gran número de enfermedades, tanto del oído, como de otras partes del organismo, como el sistema nervioso, el digestivo, el endocrino o el muscular.

 

Uno de los mitos más frecuentes en el mundo de los vértigos, es pensar que todos o casi todos se deben a “las cervicales”. Esta creencia es errónea. Realmente existen muy pocos que se deban a alteraciones de las vértebras, y además se trata de casos muy graves, a veces con pérdida de conocimiento, parálisis y otras alteraciones neurológicas.

 

Entonces, ¿qué es realmente el vértigo?. Pues se trata simplemente de una alucinación de movimiento, es decir, la sensación de que el entorno o el mismo cuerpo se mueven, sin que esto ocurra realmente.

 

Todas las personas tenemos un sistema de sensores que informan al cerebro en qué posición está el cuerpo en cada momento, permitiendo el mantenimiento de la postura y la estabilidad. Este sistema está compuesto por cuatro partes:

 

1.- El aparato vestibular.- es una parte del oído que mide las aceleraciones (es decir, los cambios de velocidad) de la cabeza (los giros, los movimientos de agacharse y levantarse...).

 

2.- La vista.- que nos permite mantener la referencia entre nuestra posición y la del entorno.

 

3.- La sensibilidad propioceptiva.- es un complejo sistema de sensores que informan al cerebro de la posición de cada músculo y cada hueso de nuestro cuerpo (por eso siempre sabemos, por ejemplo, si tenemos un brazo flexionado o extendido aunque no lo estemos mirando).

 

4.- El cerebelo.- que se encarga de coordinar los otros tres sistemas.

 

Cuando este síntoma se debe a trastornos del aparato vestibular, o de la vía nerviosa que conduce su información hasta el cerebro, se produce porque uno de los dos lados (tenemos dos oídos) funciona mal. Esto produce una confusión en el cerebro, que interpreta que la cabeza se está moviendo hacia el lado que funciona menos (como si el otro empujara), por lo que envía la orden a los ojos para que sigan el movimiento. Como la cabeza no se está moviendo realmente, y los ojos sí lo hacen (aunque no nos demos cuenta), lo que vemos es que el entorno se mueve. Este movimiento ocular se llama nistagmo,


y es la
causa de que las cosas se muevan cuando tenemos vértigo.

 

Muchas veces se distingue entre vértigo periférico y vértigo central, aludiendo a si la patología está en el oído, o en alguna estructura neurológica. Sin embargo esta diferenciación no es real, ni incluso posible en muchos casos, y además existen otras causas variadas de vértigo que no son ni por problemas del oído, ni por alteraciones neurológicas.

 

En realidad el vértigo es un síntoma que hay que estudiar para diagnosticar a qué enfermedad se debe (si es posible), porque esa enfermedad es la que habrá que tratar.

 

 

¿QUÉ NO ES EL VÉRTIGO?

 

Hay muchos síntomas que se confunden a veces con el vértigo:

 

- Inestabilidad.- es la dificultad para guardar el equilibrio cuando vamos caminando o estamos de pie. También puede deberse a muchas causas, y muchas veces acompaña al vértigo o aparece después de él, pero no es vértigo.

 

- Mareo.- es el conjunto de síntomas que aparecen junto al vértigo en muchas ocasiones, es decir, nauseas, vómitos, sudoración fría, a veces diarrea, palidez... Se debe a una activación de un sistema de alarma neuroendocrino (como la luz roja de los submarinos), que indica simplemente que algo anormal está pasando. No sólo se produce con los vértigos, sino que puede aparecer en muchas otras situaciones (por ejemplo en una gastroenteritis, el mareo común en los coches o los barcos, un dolor de cabeza importante...).

 

- Presíncope / Síncope.- es la sensación de que vamos a perder el conocimiento de forma inminente (presíncope), o la pérdida de conocimiento en sí (síncope). NUNCA puede deberse a alteraciones del oído aisladamente, y también puede acompañar a un gran número de enfermedades, en general, neurológicas o cardiovasculares.

 

- Vértigo psíquico.- es la sensación de desconexión con el entorno que nos rodea. La habitación no se mueve, pero nos parece como si no estuviéramos en ella. Se da en trastornos psicológicos o psiquiátricos.

 

 

TRATAMIENTO DEL VÉRTIGO

 

Evidentemente, si el vértigo no es una enfermedad, no debe ser tratado como tal, sino en el contexto de la enfermedad a la que pertenece.

 

Existen numerosísimos tratamientos para las enfermedades que producen vértigos, y no podríamos describirlos todos, pero sí que debemos tener claras tres cosas sobre estas armas terapéuticas:

 

1.- En una crisis de vértigo se pueden usar sedantes vestibulares (diazepam, sulpiride...) hasta que diagnosticamos la enfermedad, pero estos tratamientos NUNCA deben tomarse de forma continuada, porque producen efectos secundarios importantes, y entorpecen la compensación, es decir, la recuperación del déficit vestibular que produjo la crisis. Tras una crisis de vértigo, el cerebro debe adaptarse a la información errónea y procesarla correctamente hasta que se resuelva el problema. Si tratamos de forma continuada con sedantes vestibulares, no permitimos esta adaptación, y lo que provocamos es inestabilidad y mareo continuados.

 

2.- Los tratamientos continuados deben dirigirse a enfermedades concretas (consecuencia de lo anterior).

 

3.- Todo lo que no sea vértigo, no debe tratarse como vértigo. Es más, en algunas alteraciones, como por ejemplo la inestabilidad, los sedantes vestibulares empeoran el problema, y deben estar contraindicados.

 

4.- No todas (ni siquiera muchas) las enfermedades que producen vértigo tienen tratamiento farmacológico. De hecho, el vértigo más frecuente de todos (el vértigo posicional paroxístico benigno) se trata con maniobras físicas que consiguen su resolución en más del 90% de los casos, sin tomar ninguna pastilla.

 

5.- La Rehabilitación Vestibular es sin duda alguna el tratamiento a largo plazo más eficaz para muchas de las enfermedades que producen vértigos, y para todas las inestabilidades. Existen instrumentos para ayudar en el proceso de compensación que describíamos antes, pero el paso más sencillo en este tratamiento lo puede hacer usted mismo, porque consiste en caminar y hacer ejercicio moderado.

Al obligar al cerebro a recibir más información errónea del sistema alterado, conseguimos que se adapte a ella más rápidamente, y por tanto conseguimos recuperar antes, y mejor, la función que perdimos con el vértigo o la inestabilidad.

 

 

Esta información está dirigida a pacientes y familiares, no a profesionales, y tiene una finalidad exclusivamente divulgativa.

 
 
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